Calefacción por convección
Un sistema de calefacción por convección, sea calefacción de gas o eléctrica, incrementa la temperatura de la habitación por el flujo del aire caliente. El aire es el medio de transporte del calor. Por la naturaleza de la transferencia de calor, el aire caliente se eleva, desplazando al aire frío que se queda en la parte inferior de la habitación.
Este sistema de calefacción presenta los siguientes inconvenientes:
- El suelo de la habitación está fría, el calor se desplaza hacia el techo donde no lo necesitamos, resultando en la sensación térmica de pies fríos.
- Se genera remolinos de polvo fino al desplazarse el aire caliente a la parte superior de la habitación. Los remolinos de polvo son responsables de las reacciones alérgicas en personas con problemas respiratorios crónicos como la rinitis.
- Se pierde fácilmente calor por el desplazamiento de aire caliente durante la ventilación. Al perderse el aire caliente, aumenta el consumo de energía para mantener la habitación a la temperatura deseada.
- El sistema de calefacción no reduce la humedad de la habitación, pudiendo provocar la aparición de moho.
Calefacción por infrarrojos
Un sistema de calefacción por infrarrojo provoca el calentamiento superficial de todos los objetos y superficies de una habitación. Los rayos infrarrojos calientan nuestros sofás, nuestras sillas, entre otros objetos, de la misma manera que lo haría el sol cuando entra por la ventana de la habitación.
Un sistema de calefacción por infrarrojo obtiene las siguientes ventajas:
- Sensación térmica superior
- Temperatura uniforme del ambiente
- Idóneo para los alérgicos, ya que la circulación del aire es escasa o nula.
- Menor consumo de energía porque se pierde menos calor cuando se ventila la habitación.
- Prevención de aparición de moho en las paredes
¿Por qué usar un sistema de calefacción infrarroja?
Asmáticos
El calor generado por convección puede ser agobiante para los asmáticos y los alérgicos al polvo de la casa. El aire asciende mezclado con polvo fino, elevándose hasta la cabeza y puede provocar alergias, dificultades respiratorias, dolores de cabeza y ardor en los ojos.
En cambio, con la calefacción infrarroja, es aire es más fresco y contiene mucho menos polvo fino. Las personas alérgicas pueden beneficiarse enormemente de este sistema de calefacción.
Menor consumo de energía
Con un sistema de calefacción por convección, el aire caliente ocupa el tercio superior de la habitación. Uno de nuestros indicadores de la sensación de calor son los pies. Cuando tenemos los pies fríos, sentimos la necesidad de subir la temperatura en la habitación, aunque el termómetro demuestra que la habitación está lo suficientemente caliente.
Como un sistema de calefacción infrarroja caliente objetos y no el aire, perdemos menos calor al ventilar la habitación.
Sensación térmica placentera
El calor generado por un sistema de calefacción de infrarrojos calienta nuestra habitación de manera uniforme en casi todo el espacio. La sensación térmica es similar a los rayos del sol cuando ingresan a un habitación por la ventana.
Los materiales utilizados en la habitación, como el material que recubre el piso (parqué o baldosas) y muebles, absorben el calor de la calefacción infrarroja, se almacenan para posteriormente liberarlo para generar calor. Es la misma sensación que produce una chimenea en un habitación al calentar los objetos próximos al hogar.
La presencia de muebles en la habitación aumenta la eficiencia térmica de un sistema de calefacción por infrarrojo. Cuando las superficies y muebles de la habitación liberan el calor almacenado, se crea una sensación térmica placentera, la misma sensación que crea los rayos el sol cuando calienta nuestra parte favorita de la habitación.